jueves, 20 de noviembre de 2008

Julio Cortázar

No puedo evitarlo, es una de mis debilidades. Volver a escuchar declaraciones de Julio Cortázar muchos años después supone una superposición grata para acercarnos a su pensamiento y a su literatura. En este caso y ya que hemos hablado de la aproximación a la "profesionalización del artista", al amateur, un punto de vista más. Una capa de sedimento que añadir a los estratos de esta asignatura de Proyectos. ¿Lo habéis leído? ¿Qué os parece? ¿Pertenece a mi lado más sentimental o todavía os produce interés?

4 comentarios:

  1. Solo las historias de cronopios y de famas, pero no tienen mucho que ver...

    Por como habla del Libro de Manuel, me hizo acordarme de "W o el recuerdo de la infancia" de G. Perec, que debió de ser el primo lejano y francés de Cortázar (no tienen nada que ver salvo que ocurren en París y que son "libros políticos").

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  2. ¡Qué gran verdad! y cuántas veces no se ha planteado el tema de que el arte/es deben estar de alguna forma presentes en los compromisos sociales y no sólo éso, sino que el artista ha de ser consciente y consecuente con ello. El principal problema reside en cómo cada uno de nosotros nos involucramos en ello bajo nuestro papel como creadores. ¿Hasta que punto debemos ser críticos con nuestra forma de crear con respecto a la sociedad?. Me parece un tema, no interesante sino clave para entender la creación artística en el mundo contemporáneo. Creo que abarcar este tipo de temas y tener una actitud crítica nos ayuda a saber cómo enfrentarnos a ellos. Por otro lado, creo que, aunque a veces sea la sociedad quién nos moldee, poseemos una posición provilegiada con respecto a otros grupos sociales, gracias a ésa creación, en ocasiones desinteresada, pero que nos proporciona un campo abierto de actuación.

    Carmen Lomas

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  3. Arno Breker fue un artista muy involucrado en la sociedad de su momento. Van Gogh no lo fue, fue el suicidado de su sociedad.
    Arte social, a los artistas se les encanta hablar de él pero ¿La sociedad lo quiere? ¿Damien Hirst, qué opinas?

    Gonzalo R. Checa

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  4. Cuando leí este libro, no sabía este hecho acerca de los derechos de autor de la novela: que estaban destinados a ayudar a los presos de la dictadura militar en Argentina. Sin embargo, hubo algo que me hizo guardarlo como una de las obras clave de Cortázar. Es una cuestión que ronda durante toda la acción, como un contínuo conflicto, el cual, desde mi punto de vista, está encarnado en el mismo Julio Cortazar, (escritor argentino exiliado por trabajo y motivos políticos en Francia y con la conciencia de escribir desde fuera de su país). Este conflicto al que me refiero es la dicotomía de la figura del artista/intelectual y el compromiso político/activismo. La novela en sí es una representación formal de esta tensión: cuando Cortazar habla de este desarrollo paralelo de la ficción y la realidad, se refiere a que en el libro se alternan novela con recortes de periódicos.
    Y digo conflicto porque creo que el arte político o arte con contenido social refleja una tensión inevitable. Por un lado, esta el arte, que está lleno de gestos y objetos inútiles, (y lo digo sin connotaciones negativas, vamos, apragmático, antiefectivo, ...), y por otro está lo político, lo que se refiere a la gente, a la realidad inmediata que incumbe a la sociedad. El arte político está en tierra de nadie. Como muy bien dice Cortazar al final: ni a la izquierda ni a la derecha, porque a nadie le gusta que el arte hable de cosas feas como son los conflictos políticos o sino el problema es que el arte es demasiado estético como para hablar de cosas serias.
    Ahí está la desgracia (personalmente, veo en Cortazar una melancolía que me parece tiene mucho que ver con esto), pero también el privilegio del artista: tiene un campo abierto y sin dueño en el que trabajar.
    Esto podría enlazar también con esta idea que aparece al principio de la entrevista, cuando Cortázar dice que el no es un buen escritor, que prefiere no profesionalizarse como tal. Se puede entender como un gesto de modestia, aunque me parece que es otra manera de guardar esos privilegios a la hora de crear, de evitar compromisos que alteren la esencia de lo que escribe. Y es que bajo mi punto de vista más subjetivo, Cortazar es uno de los escritores más fieles a sí mismos que he leído.

    Queralt

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