martes, 2 de febrero de 2010

Petite Mort, la sonrisa de Tánatos por Alicia Juan







Petite Mort, la sonrisa de Tánatos: exposición colectiva en La Maison de la Lanterne Rogue (21 al 31 de enero de 2010)







Artistas: Queralt Encinas, Achero Mañas, Ana Belén Jarrín, Linda de Sousa, Jorge Gonzalo, David La Torre y Alejandro Stock




Comisarias: Andrea Velasco, Diana Malpartida y Miriam Pablos.







Planteamiento colectivo en un antiguo prostíbulo del centro de Madrid, el triángulo de Ballesta, en contraposición con la exposición “Lágrimas de Eros” que ofrece el Thyssen, donde se plantea una visión con artistas conceptuales en un espacio menos aséptico para hablarnos del Eros y el Thanatos, bajo la atenta mirada de Bataille.




La petite mort, ese instante postcoital, la pequeña muerte cuando se produce el orgasmo, la pulsión sexual del Eros y el impulso de destrucción, el dolor que nos conduce a la muerte, el Thanatos.




Al recorrer esos pasillos oscuros con luces de neón, se asomaban habitaciones que contaban cosas. La connotación del no lugar era ya de por sí, aplastante frente a lo que se contaba.




El desafío de cada artista mostraba una manera de plantearse el espacio y el tema a través de la fotografía, la performance, el vídeo, el dibujo, la instalación y el color.




Un emplazamiento donde esa petite mort, se experimentaba en 12 habitaciones diferentes a diario, en repetidas ocasiones, a través del cuerpo de la mujer como objeto de placer y muerte masculina. Cada artista tenía un discurso propio alrededor del proyecto común que no dejaban indiferente al espectador.




Olía a bacanales mientras se respiraba el erotismo, el beso, el sexo, la animalidad, una especie de vampirismo coqueteando con la muerte, vetado por los dogmas de nuestra tradición judeocristiana, que aún así, se permitían exclusivamente en el placer masculino.




Las propuestas eran muy interesantes ofreciendo cierto grado de morbosidad dolorosa a las miradas curiosas que merodeaban por allí. Tuve la suerte de hablar con una de las artistas, Queralt, y con una de las comisarias, Andrea, que me explicaron todo el proceso de montaje, la redefinición del espacio, el desarrollo, la aceptación del espectador, la obra de los artistas, el discurso de cada uno, facilitándome nota de prensa, imágenes, etc.




Aunque soy consciente que el tema giraba en torno a la petite mort, al abandonar aquel no lugar, me preguntaba por la ausencia del orgasmo femenino. Dado que un prostíbulo te posiciona hacia un placer en concreto, encontraba la genitalidad de la mujer como medio para alcanzar algo, pero no su placer. Eché de menos el Eros y el Thanatos femenino. Quizás, no era necesario mostrarlo para evidenciar su destierro.




Alicia Juan

1 comentario:

  1. Interesante apreciación; obviamente, sólo podría tratarse de una reflexión femenina. ¡Enhorabuena!

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