Nos la encontramos el día que ibamos al Medialab en el autobús 46.
La semana pasada inauguró esta exposición que puede apeteceros visitar un día de estos. Por cierto, ya he dejado inaugurada la sección CONVOCATORIAS, en el Campus Virtual, debajo de Documentos Clase.
El último trabajo de Lidia Benavides lleva por título Gamma y ha sido realizado durante el año 2010 en El Instituto Astrofísico de Canarias. Allí la artista ha llevado a cabo un trabajo de campo entrevistándose con el personal investigador y realizando diversas visitas a sus telescopios para trasladar a su universo plástico toda la actualidad y avances en observación celeste e investigación de luz cósmica.
Tanto en los telescopios dedicados específicamente a observación del sol, en los de captación de luz Cherenkov, como en el Gran Telescopio de Canarias (GTC) -el telescopio más grande del mundo-, la artista ha elaborado su particular discurso entre la ciencia ficción, la pintura expandida y el proyecto intermedia en distintos trabajos para vídeo, pintura, sonido y fotografía digital.
Los espectrógrafos instalados en el GTC, han propiciado un trabajo para vídeo en colaboración con Miguel Álvarez-Fernández. En este obra audiovisual, Lidia Benavides aplica el espectrómetro óptico, un instrumento que sirve para medir las propiedades de la luz en una determinada porción del espectro electromagnético, al movimiento del Gran Telescopio de Canarias mediante distintas tomas de vídeo en su funcionamiento y un montaje en la edición que conjuga un mundo en el límite de la abstracción, de espacialización de emociones, proyectadas al confín de la ciencia astrofísica. En este sentido, Miguel Álvarez-Fernández compone la banda sonora de la pieza en directa relación con su función, mediante procesos de síntesis digital que —como las imágenes del vídeo— nos ubican en las fronteras entre lo abstracto y lo referencial, o entre la pesante maquinaria terráquea y el movimiento grácil de las estrellas suspendidas en el cosmos. Musicalmente, las frecuencias audibles son atravesadas de manera análoga a como el espectrómetro barre secuencialmente el dominio lumínico durante su análisis.
Tanto en los telescopios dedicados específicamente a observación del sol, en los de captación de luz Cherenkov, como en el Gran Telescopio de Canarias (GTC) -el telescopio más grande del mundo-, la artista ha elaborado su particular discurso entre la ciencia ficción, la pintura expandida y el proyecto intermedia en distintos trabajos para vídeo, pintura, sonido y fotografía digital.
Los espectrógrafos instalados en el GTC, han propiciado un trabajo para vídeo en colaboración con Miguel Álvarez-Fernández. En este obra audiovisual, Lidia Benavides aplica el espectrómetro óptico, un instrumento que sirve para medir las propiedades de la luz en una determinada porción del espectro electromagnético, al movimiento del Gran Telescopio de Canarias mediante distintas tomas de vídeo en su funcionamiento y un montaje en la edición que conjuga un mundo en el límite de la abstracción, de espacialización de emociones, proyectadas al confín de la ciencia astrofísica. En este sentido, Miguel Álvarez-Fernández compone la banda sonora de la pieza en directa relación con su función, mediante procesos de síntesis digital que —como las imágenes del vídeo— nos ubican en las fronteras entre lo abstracto y lo referencial, o entre la pesante maquinaria terráquea y el movimiento grácil de las estrellas suspendidas en el cosmos. Musicalmente, las frecuencias audibles son atravesadas de manera análoga a como el espectrómetro barre secuencialmente el dominio lumínico durante su análisis.
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