martes, 10 de febrero de 2009

Anish Kapoor dixit (primera parte)


Empezaré por hablar de algunas cosas que son importantes para mí. Lo primero que me gustaría decir es que no tengo nada que expresar como artista. Es parte de mis preocupaciones el dejar claro que no trato de expresar nada. Esto no tiene que ver con la expresión. Continuaré negando algunas cosas más. No estoy interesado en la composición; no busco yuxtaponer, dentro de una composición, unos elementos a otros. Lo que busco son condiciones del ser, condiciones de la materia, allí donde las cosas son estados puros. Esto es como decir que si estoy haciendo algo en rojo, lo que busco es que lo rojo sea lo mismo que la humedad, la dureza o la sequedad. Lo que esto me deja como artista aparentemente es muy poco. Ir al estudio con la determinación de no expresarme me fuerza a un proceso de vaciado, y éste es el proceso en el que estoy interesado. El trabajo que yo hacía hace quince años empezó quizá en otro sitio. Buscaba grupos de objetos que funcionasen juntos. Éstos parecían contener un espacio, un espacio interior. Estoy hablando de los trabajos que yo realizaba en el 78 ó 79 y durante la mitad de los 80, la mayoría con pigmento. Su cualidad inmanente era lo que me preocupaba.
Lo que sucedió lentamente es que el espacio contenido entre los objetos comenzó a desplazarse hacia el interior y los objetos se convirtieron en vacíos. Hoy el vacío es una noción especialmente en el país en el que yo trabajo, que inmediatamente conecta con Henry Moore. Quisiera significar que Henry Moore hacía objetos que tenían agujeros que parecían ser golpeados a través de los otros hacia el otro lado, permitiendo un espacio a través del objeto. Ésta no es mi preocupación. Aquello conlo que yo trato es el negativo, en cierto sentido, sin el positivo. El no objeto. Estoy en busca de la piel, la superficie, si le parece, que de alguna manera describe el espacio interior, casi sin describir el espacio exterior. Esto es cuestionar la noción de lo que es un objeto destacando algo que yo llamo el objeto incierto. Si la interioridad es algo que no puede ser descrito, los objetos de interioridad son esos “no-objetos”. Es el opuesto a Brancusi; no es el hacer la forma sino el hacer la “no-forma”.
Comencé con las piezas de pigmento y empecé por hablar de la idea de forma, forma desplazándose hacia el interior. Ahora empiezo a descubrir que la interioridad que yo buscaba
era una condición de la oscuridad. Comencé por hacer las primeras formas vacías (“hollow forms”). Necesitaba que el espacio interior de los objetos jugase un papel particular en el color. El azul oscuro que usaba no describía la forma, parecía llegar la forma. La forma parecía ser XXXXX en la oscuridad del color y, curiosamente, el espacio semejaba llenarse –el objeto vacío parecía lleno. Emocionadamente, vaciarse equivale a llenarse.

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